martes, 13 de septiembre de 2011

RECUERDO DE OLIVIER DEBROISE

por Magali Tercero

2008-11-18•Artes plásticas

No es fácil escribir sobre un muerto. Menos cuando toda muerte por infarto representa, para quien escribe, un pequeño shock y la conduce a agobiarse por imágenes tempranas de la propia vida. Menos aún si quien lucha con el teclado lo conoció en cierto momento efervescente y entrañable de la cultura en la Ciudad de México. Y menos todavía si los actos del difunto el crítico y curador Olivier Debroise, fallecido el 6 de mayo pasado en su casa han estado provocando comentarios severos sobre su personalidad contradictoria. 
No es raro que un ser humano visceral, amante como dijo un amigo suyo en el velorio de dar la contra, esté moviendo las aguas y haga transgredir el convencional respeto por la muerte ajena y sus deudos. Un escritor que aprecio mucho me dijo, cuando comenté que dedicaría esta columna a Debroise, te van a respetar más si escribes sobre esto que te cuento. Se refería al lado poco amable del también historiador del arte y hasta novelista y cineasta Olivier Debroise, a lo que la crítica Blanca González Rosas ha llamado en Proceso su discreto pero influyente poder ejercido en el escenario del arte contemporáneo. Sin embargo, éste no parece ser el momento de hacer una valoración de sus trabajos y sus días.

Texto nómada (1981)

El Debroise que interesa el día de hoy, con el dead line encima y las ganas de aportar algo más a lo escrito sobre este importante estudioso del arte durante los últimos 12 días, es el de los textos críticos. Por ejemplo, un fragmento de un escrito de 1981 cuando el autor tenía 29 años: ¿Qué significa ese cuadro? No lo entiendo, no tiene sentido... De eso se trata: ver, no explicar. Esto anula toda posible crítica de arte. Sólo queda un sujeto (yo) frente a una obra (en este caso, la de Vicente Rojo). Ese yo no es inocente; por el contrario, está comprometido cultural, política e históricamente. Por más disfrazado que quiera presentarse, el sujeto que escribe entabla un verdadero diálogo con el sujeto que pinta. Sin embargo, la práctica del texto se sitúa fuera del cuadro; aunque relacionados los dos sistemas nunca coinciden. El texto es una creación autónoma, fragmentaria, al lado del cuadro, nunca sobre él; es una paráfrasis literaria, una metáfora imposible.

Esta declaración corresponde al Texto nómada, nómada como el arte privilegiado por Debroise al final de su vida. Otros ensayos reveladores de su personalidad aparecen en el sitio www.arte-mexico.com, muy recomendable para tener una visión más amplia.

No hay crítica de arte en México

Pero el espacio se ha terminado, por lo que dejaremos al lector con esta reflexión del mismo texto de 1981: En México no hay crítica de arte (lugar común repetido desde las postrimerías del siglo XIX). (…) Caso único: la alianza de Agustín Lazo y de Xavier Villaurrutia ejemplifica ese tipo de retroalimentación esencial. (…) Villaurrutia se presenta como el primer crítico de arte mexicano. (…) Sostenido por un discurso político, el Muralismo no requiere de crítica para existir: él mismo es su propio autocrítico (ver los textos de Rivera compilados por Raquel Tibol en Arte y política; el ensayo de Siqueiros No hay más ruta que la nuestra; inclusive la Autobiografía de Orozco). Los demás pintan en silencio y su pintura se queda embodegada, invisible, intrascendente. La crítica de arte que aparece, en los años treinta, con Luis Cardoza y Aragón, es del tipo apollinarista, lírica, llena de fulgurantes imágenes poéticas, de comparaciones atrevidas, de citas y de guiños de ojo cultos. Justino Fernández reseña exposiciones y explicita intenciones de algunos artistas; acumula documentos y datos históricos. Ardua tarea a la que faltan las conclusiones. Con la llegada a México de Raquel Tibol y los trabajos universitarios de Ida Rodríguez Prampolini, la crítica de arte se vuelve un oficio más, autónomo, en la cultura mexicana: la redacción de textos sobre arte se vuelve cosa de especialistas, no más hobby de escritores. (…) Se vuelve cada vez más difícil separar el valor artístico de una obra de su valor financiero. Con tranquilidad asombrosa, los coleccionistas declaran su amor por el arte (…) y el objeto fetichizado desaparece de la vista del gran público, cuidadosamente resguardado en una caja fuerte.

http://magalitercero.arteven.com

OLIVIER DEBROISE: Francés nacido en Jerusalén en 1952. Fallecido en el DF el 6 de mayo de 2008. Fundador de Curare. Espacio Crítico para las Artes

LIBROS PRINCIPALES: Diego de Montparnasse, FCE, 1979. Figuras en el trópico mexicano, plástica mexicana 1920-1940, Océano, 1983. Fuga mexicana, un recorrido por la fotografía en México, Gustavo Gili. 2005

CURADURÍAS DE EXPOSICIONES: De su álbum… inciertas confesiones. Museo de Arte Moderno. 1985. Modernidad y modernización en el arte mexicano. Museo Nacional de Arte. 1991. La era de la discrepancia, arte y cultura visual en México 1967-1997. UNAM, 2007


FUENTE DE CONSULTA:
Tercero, Magali (2008) Recuerdo de Olivier Debroise.  Milenio Online. Disponible en:  http://impreso.milenio.com/node/8063008

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